Teletrabajo y descentralización para convivir con nuevas formas híbridas de colaboración
Hubert Arias Zamora
Director General
Softland Costa Rica & Rep. Dominicana
El teletrabajo es la organización del trabajo mediante el uso de tecnologías de la información y las comunicaciones, para posibilitar que los colaboradores puedan desempeñar su actividad laboral a distancia; ya sea desde su domicilio o desde aeropuertos, hoteles o espacios de trabajo colaborativos (coworking).
Una de las consecuencias del teletrabajo tiene relación con el mercado inmobiliario, en donde cientos de familias han optado por migrar desde las grandes ciudades a lugares más tranquilos, e inclusive países, en lo que se ha conocido como nómadas digitales, es decir, personas que pueden desarrollar su trabajo desde prácticamente cualquier parte del mundo.
Lo anterior ha representado todo un reto para gobiernos, empresas y comunidades, ya que muchos no estaban preparados desde el punto de vista de infraestructura (vial, tecnológica y de servicios) ni de planificación urbana. Esto ha puesto en aprietos a pequeños poblados, que, a pesar de tener una clara oportunidad de crecimiento, no cuentan, por ejemplo, con la conectividad requerida ni la oferta de viviendas o habitaciones, ni de servicios públicos, de salud, educación, restaurantes y supermercados.
Una forma de enfrentar los retos planteados es fomentar las alianzas público-privadas para, por ejemplo, democratizar el acceso a la infraestructura de conectividad, eliminando los puntos grises del mapa de cobertura de Internet por medio de incentivos para que las empresas de telecomunicaciones inviertan en las regiones del país que actualmente tienen un bajo desarrollo socioeconómico, pero un alto potencial de crecimiento.
También es necesario actualizar los marcos regulatorios y normativas vigentes, con el fin de digitalizar procesos burocráticos y administrativos, para conseguir así los resultados requeridos ágilmente, ya que, de lo contrario, los nómadas digitales aprovecharán las facilidades que brindan otras regiones o países. Por último, las empresas deben ajustarse para trabajar con un balance adecuado entre trabajo presencial y remoto, cuidando que no se pierda la identidad, sentido de pertenencia ni la cultura organizacional.