Mejorar la Gestión: Desarrollo de las competencias personales según PMI.
Por Víctor Manuel García. Director General, Softland Colombia
La propuesta que hace el Project Management Institute (PMI) con respecto a las tres áreas que debe desarrollar un buen líder de proyectos y que aplica, en general, para cualquier rol de dirección en una organización se define como el triángulo del talento y se representa de la siguiente manera:
Área de conocimientos técnicos en gestión de proyectos (Technical Project Management).
Hace referencia al conocimiento y habilidades relacionados con los dominios específicos de gestión de proyectos, programas y portafolios. Es decir, implica el conocimiento y aplicación de los procesos definidos para que los proyectos cumplan con el alcance, tiempo, costo y calidad esperada, así como para que los programas (conjunto de proyectos relacionados) generen beneficios, y para que la gestión de portafolios (conjunto de programas, proyectos y operaciones críticas) genere valor a la organización.
Área de gestión estratégica y de negocio (Strategic and Business Management).
Menciona la importancia de entender el marco estratégico de la organización y de orientar esfuerzos a la consecución de los objetivos estratégicos, entendiendo el entorno micro y macroeconómico.
Finalmente, me referiré de una forma más extensa, al área que considero de mayor relevancia:
Área de Liderazgo (Leadership).
Describe la importancia de construir relaciones de mutuo beneficio. Complementaré está definición con la que propone el marco de referencia para el desarrollo de competencias de líderes de proyecto del PMI (PMCD Framework), en lo que respecta a las competencias personales. Si bien el PMCD Framework, define las competencias personales como los comportamientos, actitudes y características de la personalidad, que contribuyen a la capacidad de una persona para gestionar proyectos, me permitiré parafrasear la definición de competencias personales, de la siguiente manera: “los comportamientos, actitudes y características de la personalidad, que contribuyen a la capacidad de una persona para construir relaciones efectivas en el ámbito personal y profesional”.
PMCD Framework plantea seis unidades de competencia para el desarrollo de las competencias personales de los líderes de proyecto. A continuación, se presentan las definiciones de cada una de las seis unidades de competencia, las cuales acoté buscando su aplicabilidad al rol de dirección.
- Comunicación efectiva: Se requiere lograr el intercambio de información precisa, apropiada y relevante con las partes interesadas utilizando métodos adecuados. En otras palabras, saber qué comunicar, cómo comunicarlo, a quién comunicar y a través de que medio.
- Liderazgo: Hace referencia a la capacidad para lograr guiar, inspirar, y motivar a los miembros del equipo y otros interesados, a fin de gestionar y superar problemas y lograr los objetivos trazados en la organización. Desde mi punto de vista, tiene que ver con la vocación de servicio que requiere todo líder, complementada con la alineación de esfuerzos para el logro de objetivos y el reto permanente de ser referente.
- Gestión: Describe la importancia de administrar efectivamente los recursos humanos, financieros, materiales, intelectuales e intangibles. Engloba la efectividad en las decisiones, cuando se asigna un equipo a un proyecto, cuando se define el presupuesto o cuando se generan sinergias entre áreas de una organización.
- Capacidad Cognitiva: Implica aplicar una profundidad apropiada de la percepción, el discernimiento y el juicio, a fin de dirigir eficazmente una organización en un entorno cambiante y en constante evolución. Hace referencia al conocimiento, la experiencia, la objetividad y la serenidad que se requiere mantener sobre todo en situaciones complejas y de incertidumbre.
- Efectividad: Logra producir los resultados deseados mediante el uso apropiado de recursos, herramientas y técnicas en todas las actividades de gestión de la organización. Finalmente, nuestras decisiones, esfuerzos y energía deben traducirse en la materialización de los objetivos trazados.
- Profesionalidad: Comprende un comportamiento ético, regido por la responsabilidad, el respeto, la equidad, y la honestidad en el actuar. Si bien las seis unidades de competencia son requeridas, me atrevería a darle a ésta un lugar destacado ya que es la impecabilidad en nuestro comportamiento lo que permite que las demás unidades puedan desarrollarse.
El objetivo es complementar las competencias técnicas (conocimiento), con las competencias de desempeño (resultados) y las competencias personales. Las organizaciones requieren de directores que se relacionen de manera efectiva con sus colaboradores, clientes, proveedores y competidores, y para lograrlo es necesario que, como líderes, motivemos y guiemos a nuestros equipos, seamos capaces de resolver conflictos, nos comuniquemos de manera apropiada, tengamos una genuina vocación de servicio, y, sobre todo, seamos un referente en términos de comportamiento ético.
En resumen, una oportunidad única de contribuir a la competitividad y crecimiento sostenible de nuestras organizaciones y de nuestras regiones.
Es importante, quizás muy importante, tener en cuenta que el PMI existe desde 1.969 y que, hasta 2.016 no tuvo en cuenta este tipo de habilidades personales incorporándolas en su Versión 6 del PMBOK (Project Management Body of Knowledge) publicada en septiembre del 2017. Buenas prácticas, áreas y capítulos necesitaban de los valores asociados al factor humano para garantizar (o tal vez justificar) el éxito de sus propuestas.