Finanzas sanas de las compañías para hacer frente a la nueva normalidad
Por Sandra Pérez
CFOO Softland
El COVID 19 trae consigo una importante contracción de la economía en el mundo, que afecta de manera muy significativa a las empresas enfrentándolas a multitud de riesgos estratégicos y operacionales (retraso o interrupción del suministro de materias primas, los cambios en la demanda de los clientes, incrementos de costes, etc.). Además, la mayoría de las empresas se enfrentan a una importante caída de sus ingresos y lo que es aún más importante, sin una perspectiva clara de cuánto va a durar esta situación.
Tesorería
Seguramente no hay otra área más afectada por la crisis que la tesorería. La caja, en el amplio sentido del término, vuelve a ser el foco prioritario de la mayor parte de las organizaciones. Ya en la anterior crisis se acuñó la expresión “Cash is King”. Ahora toma más relevancia, si cabe.
Las compañías tienen que poner su foco en la liquidez y generarlo rápido. Para ello se deben estructurar una serie de medidas encaminadas a:
- Tener una foto clara de la situación de tesorería de la compañía, actualizada y realista, con foco en el corto plazo.
- Aplicar análisis de sensibilidad a estas estimaciones de flujo de caja, que permitan tener en cuenta los nuevos factores que afectan principalmente a la capacidad de generar caja.
- Identificar acciones que permitan generar liquidez de manera inmediata (monetizar partidas del balance mas allá de las cuentas por cobrar, acciones de mejora del capital circulante, financiación bancaria, ayudas gubernamentales).
- Implantación de medidas que reduzcan el “cash-out” (medidas laborales, pago por CAPEX).
- Gestión del riesgo de cambio. La volatilidad prevista en los tipos de cambio seguramente afectará a las estrategias de cobertura actuales y tendrá su impacto en las cuentas de resultados de las compañías.
- Reestructuración de la deuda. Analizar si la generación de caja del negocio cubre además de la caja operativa, el servicio a la deuda. De no ser así, iniciar medidas de renegociación de calendarios de amortización de deuda, negociación de periodos de carencia.
- Cumplimiento de covenants. Analizar el impacto que la nueva situación tanto de deuda como de rentabilidad puede tener en sobre los contratos con proveedores financieros.
Previsiones
Una vez impulsadas las medidas para controlar el impacto en la tesorería por la caída dramática en los ingresos y la incertidumbre en los cobros, es el momento de revisar cuál puede ser el futuro de la empresa en los siguientes meses.
Con los planes estratégicos guardados en el cajón y unos presupuestos en donde todas las hipótesis de mercado han variado, las compañías necesitan replantearse los distintos escenarios que pueden encontrarse. Por desgracia todas esas previsiones tendrán unas variaciones muy importantes dado lo impredecible de la situación durante el año.
Los escenarios en los que nos movíamos antes del Covid-19 están cambiando cada vez más rápido y hacia lugares que no teníamos previstos. Por lo que es clave ser ágiles y tener capacidad de adaptación.
Los ingresos van a depender inicialmente del fin de la crisis sanitaria y de la velocidad de recuperación de forma posterior, las cuales son variables totalmente imprevisibles a un año vista. Los gastos, sin embargo, son más ciertos de forma inicial, pero van a estar sujetos a las capacidades de cada compañía para ajustarse en el medio plazo. Todo ello va a obligar a desarrollar modelos de simulación más o menos avanzados que permitan jugar con sensibilidades muy cambiantes.
En este contexto, las áreas financieras son clave no solo para recopilar de manera puntual toda la información, sino para servir de guía en los ajustes a realizar en todas las nuevas estimaciones. La mayoría de las áreas de la compañía tenderán a realizar sus estimaciones basándose en modelos de pasado que no necesariamente pueden aplicarse a esta nueva realidad. Es el área financiera quien tiene que tomar el liderazgo en identificar todos aquellos aspectos de las previsiones que impliquen falta de fiabilidad para orientar a la organización hacia la toma de decisiones.
Costes e Inversiones
La mayoría de las compañías están revisando todas sus estructuras de costes para adaptarlos a la caída de ingresos. Esto afecta a costes de explotación, pero también al personal de las compañías, a las cadenas de suministro y a las inversiones incluidas en los planes estratégicos de cada organización.
Según recientes estudios, las inversiones de capital -las llamadas capex- son las más susceptibles de ser canceladas o congeladas. Sin embargo, pocos CFOs (18%) son los que piensan diferir o eliminar las inversiones en transformación digital. Una circunstancia que no es sorprendente dado el papel crítico que lo digital está jugando a la hora de responder a la crisis, sobre todo en las fases de respuesta y de estabilización.