5 TENDENCIAS TECNOLÓGICAS QUE ESTÁN MARCANDO EL FUTURO DE LAS ORGANIZACIONES DE LATAM EN EL 2023
Por: Oscar Sáez | CEO Grupo Softland
En lo que llevamos de corrido de este año, hemos visto una nueva lucha entre los gigantes tecnológicos por posicionar una nueva herramienta de búsqueda conversacional Bard (Google) y ChatGPT (Microsoft) que puede traer significativos cambios en la publicidad pagada en buscadores.
Abordando lo inmediato, el mundo analógico sigue la estela acelerada del mundo digital, capaz de reducir los plazos del Go-to-Market de meses a semanas o de conformar una oferta a la carta cada vez más variada y personalizable en entrega continua.
Y para todo ello, hay que conseguir tener el dominio del dato a lo largo de todo el proceso productivo y de manera transversal, para que el funcionamiento de los suministros, las tareas y los flujos de caja estén sincronizados y basados en reglas de eficacia para el mejor desempeño de managers y resto de la plantilla cada uno en su puesto de trabajo.
En un entorno con la información cada vez más distribuida, que se genera tanto en el corazón del negocio como en la periferia, pero que viaja entre las redes internas y públicas tanto como haga falta, de una nube a otra, para ser analizada en un tiempo cada vez más cercano al real, necesita tener la garantía de que todo funciona como un reloj y sobre todo, que funciona en un entorno de seguridad y confianza y a unos costes optimizados (FinOps).
Repasando distintos escenarios de negocio que están teniendo un gran protagonismo en este 2023, está claro que la tecnología es la mejor aliada para superar los retos presentes y futuros -sean los que sean- siendo conscientes que el éxito en la implantación de iniciativas digitales dependerá de las competencias y capacidades internas de las organizaciones.
1) LOGÍSTICA SOSTENIBLE:
Hablar de Logística es, hoy más que nunca, hablar también de eCommerce. Esto supone nuevos desafíos, como una logística sostenible, más receptiva a los rápidos cambios del sector, cada vez más digitalizada, pero también con la obligación de responder a las expectativas de unos clientes cada vez más comprometidos con el medioambiente. Pero esta misma clientela también se vuelve más sofisticada y exige un trato más personalizado.
Y es que la logística tiene un gran impacto en la satisfacción del cliente y en el servicio de atención postventa, ya que algunas características de las compras online, como el precio final (incluido gastos de envío), la variedad de oferta y la velocidad de entrega, están fuertemente influenciadas por la organización logística de los almacenes y la mercancía, y la aplicación de un buen software de gestión (tanto para la parte de suministro y stock SCM como para la de precios y márgenes CPQ).
Pero tan importante es la relación con los clientes como con los proveedores y socios. La optimización de los procesos de la cadena de suministro también figura en la hoja de ruta para cumplir plazos y compromisos, con unos protocolos y reglas auditadas que garanticen la seguridad de los datos sea cual sea el sector de actividad. Y más en un momento crítico en el suministro mundial de componentes tras el parón pandémico de la covid-19, por lo que aumenta la necesidad de flexibilidad logística a través de la automatización, en cualquier sector vertical, incluso al nivel de las pymes.
Para aumentar el impacto y la eficiencia en los procesos, el uso de nuevas tecnologías como Big Data, Inteligencia Artificial, Machine Learning, Blockchain y Robótica pueden ser de gran ayuda. Por fortuna, cada vez es más fácil encontrarlas como una commodity que se adquiere en Marketplace en forma de suscripción o pago por uso gracias a que se están imponiendo los modelos “as-a-service” desde la nube.
2) COMERCIO ELECTRÓNICO INTEGRADO CON EL ERP:
Y viceversa, hablar de eCommerce es hablar de logística, incluso de logística inversa. Una vez creada la tienda en línea, se necesita tener las mejores herramientas de gestión para no morir de éxito y poder dimensionar la atención de los pedidos sin colapsar ni crear frustraciones que van a lastrar la marcha del negocio.
Una de las derivadas que puso de relevancia el cierre obligado por el coronavirus fue que la vida podía seguir en el mundo online. El comercio electrónico se disparó, y los hábitos de un espectro amplio de la población se decantó por la fórmula de la telecompra, que sigue ganando cuota desde entonces.
La disponibilidad de un ERP especializado que contemple todas las áreas de actividad y sus variables de manera integrada será fundamental. Se trata de organizar la recepción de mercancía en almacén y controlar su stock, de mostrarla de forma atractiva y organizada, de gestionar los pedidos y su seguimiento hasta la entrega, contemplando también las devoluciones, de establecer un proceso de cobro amigable y confiable.
Y todo ello con dos premisas: la capacidad de escalar en función de las necesidades, y la capacidad de automatización los diversos procesamientos para dar un soporte continuo 24×7.
3) DATA EXPERIENCE (DX):
Ya se vio que la capacidad de tratar y generar datos de valor que aporten información prescriptiva a la organización es fundamental, si además se hace de una forma visual e intuitiva, el resultado será de mayor alcance, reduciendo la curva de aprendizaje y aumentando su rendimiento. Cuadros de mando, mapas de calor, gráficas de diversos estilos diseñados pensando en los usuarios finales, cualquier detalle añade valor al cruce de información para que sea rápidamente entendida y sirva para diseñar mejores estrategias.
Para ello el acceso a las bases de datos debe ser rápido y potente, tan rápido como que pueda disponer de información actualizada y en tiempo real, y tan potente como para arrastrar y procesar grandes lotes de datos. Para todo ello, un software especializado en Business Intelligence (BI) sólido y versátil será el mejor aliado a un buen programa de ERP y CRM, que dotará a la organización del mejor análisis prospectivo y predictivo adaptado a todos los mercados.
4) COMPLIANCE:
La creciente complejidad de la normativa nacional e internacional obliga a un esfuerzo suplementario a las empresas por cumplir con regulaciones de todo tipo, cada vez más estrictas y obligatorias para operar en dichos territorios: de salud laboral, medioambientales, de relaciones con las administraciones tributarias, de protección a los consumidores… Si a ello se une la constante modificación y actualización de las normativas, se comprenderá la necesidad de contar con un buen sistema de automatización que permita su puesta al día inmediata.
En general, estas barreras de entrada lo que suponen son mejoras a la larga en la calidad de la gestión empresarial, en la calidad de los productos y servicios ofertados, en la calidad de vida de empleados y clientes. Por ejemplo, solo hay que pensar en la cantidad de desplazamientos y papel que se ahorra con una tramitación en línea, con la factura electrónica o la firma digital. Pero también en la seguridad en el trabajo (EHS), en la seguridad en las transacciones bancarias (KYC, AML/CFT), en la seguridad de los datos privados (GDPR).
Otra tendencia creciente es la introducción voluntaria de políticas de ESG (medioambientales, sociales y gobernanza) a lo largo de toda la cadena de valor con la vista puesta en los 17 ODS marcados por la Unesco de cara a la Agenda 2030. Esta paulatina adecuación exige herramientas de medición que permitan hacer auditorias y certificar los avances logrados en cada campo, máxime cuando se estima que las principales compañías habrán implementado en 2025, el seguimiento del “CO2” de los bienes vendidos. Algunas son ya tan sofisticadas que permiten calcular la cantidad de CO2 empleada o ahorrada en cada unidad envasada, transportada y entregada. O la introducción de políticas de RRHH en pos de la diversidad, la inclusión y la no discriminación, que redunden en la reputación positiva de las compañías.
5) TECNOLOGÍAS CENTRADAS EN LAS PERSONAS:
Llegado a este punto, las herramientas para la gestión de los recursos humanos, más precisamente del capital humano (HCM), son fundamentales en un momento en que la búsqueda desesperada de talento, que existe en el mercado laboral pero no en grado suficiente para suplir la demanda, exige la introducción de un cambio cultural fundamental en las empresas que convierten a las personas en el centro de sus objetivos.
No se trata ya solo de captar y retener, sino de cuidar, cultivar y mejorar lo que ya se tiene. La irrupción de la pandemia y las restricciones de movilidad y el cierre de negocios marcó un antes y un después. Allí donde se ha podido, el trabajo híbrido que alterna oficina y hogar se ha convertido en un importante aliciente para el trabajador, y en una baza para el empleador. Numerosas tecnologías permiten compartir en tiempo real espacios remotos y la estrecha colaboración entre equipos dispersos. Incluso se han introducido nuevas técnicas de contratación, en muchos casos sin haber pisado la oficina nunca, con nuevas modalidades de onboarding más experienciales, con el desarrollo de portales del empleado más dinámicos y con capacidades de autoservicio. A su vez, los managers disponen ahora de herramientas mucho más sofisticadas para medir el desempeño y trazar las rutas formativas más adecuadas a cada posición. Esto es particularmente necesario en un momento de transición donde conviven distintas generaciones, y donde el conocimiento atesorado por los baby boomers a punto de jubilarse debe ser transmitido a millennials que toman el mando para no crear grandes lagunas de know-how.